(Nino Bravo)
Por fin, después de haber negociado un imposible final oral sobre el décimo y decimoprimer capítulos del tratado de Talmud Ketuvot, después de escribir un ensayo aburridísimo sobre la construcción de la identidad judía en los textos antimaniqueos de Agustín de Hipona (wow, that was a mouthful), después de presentar mi ensayo sobre ollas y queso y carne y cuchillos y la siempre miedosa posibilidad de que un bicho caiga en la sopa y cómo todo eso puede llegar a comprometer la posibilidad de ponerse eso en la boca....anuncio, con un respiro, que he terminado con relativo éxito mi primer año en este lugar. Cuatro más para terminar. Seis si me da por hacer un doctorado y, conociéndome, seguro que me da por esas. Por el momento, disfrutaré mis tres días de vacaciones antes de comenzar un programa de entrenamiento para capellanes en hospitales lo cual será toda una aventura espiritual dado mi gusto por los hospitales y mi renuencia a aceptar que el ser humano es una máquina que se daña. Aunque, al igual que mi experiencia en Vigías de la Salud, ya hace más de diez año (don´t you feel old Nando?), ésta es una de las cosas con las que comienzo diciendo que odio pero luego termino adorando. Ya veremos. Jamás me imaginé que yo pudiera ser un capellán. Este puesto siempre me pareció diseñado para personas con voces aflautadas y una sonrisa insincera...aunque...tal vez...espero no tener la voz aflautada. Veremos como va la cosa. Mientras tanto difícil decidir que hacer con 72 horas de vida......
Banda sonora del momento: U2/Beautiful day
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