Y ahora estoy aquí, queriendo convertir los campos en ciudad....(you know the rest)

En esta época de huracanes, de incertidumbre, de anunciadas reelecciones, de vitalicios emperadores, de calabazas desolladas, de triquitriquijalogüín, de [aparentemente interminables] fiestas judías, de frío que se va instalando lento y apoltronado en las calles mojadas de Manna Hatta, de grandes revelaciones, de regresos de la tierra del frío, de expectativas, de lindas fotos en catedrales medievales, Bloom quiere dejar en claro que no ha abandonado éste, su bully pulpit, su cajita de jabón binaria y lustrosa desde la que no se queja mucho (a pesar de que en un mundo de tiranos y de Darfur, de hambre y de fiebre aviar, de miedo y de guerra y sobretodo de falta de fe en Aquel en cuya semejanza nos imaginamos posibles no faltan razones para quejarnos), desde la que las más veces comete poesía y pone cosas que la gente lee y que, de cierto modo extraño, les garantiza que en esta ciudad sin montañas hay un hebreo montañero que sigue, rotundo y tranquilo, machacando estas teclas y esperando lo mejor para todos ustedes: aquellas personas que me leen y que me conocen, o que no me conocen pero a fuerza de leerme saben que existo. Shalom.