En un afán infinito de buscar las montañas de su infancia, Leopablo Bloom se dedica a tirar mensajes en una botella a este nuevo mar aventurero. Por el momento, no obstante, Leopablo está muy ocupado, muy, muy ocupado. Ya habiendo cedido una vez a la mala inclinación de dejar de lado su muy necesario trabajo para establecer este espacio, es menester que él vuelva a sus labores y yo a mi descanso.
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