sábado, octubre 07, 2006

Yerushalayim shel Zahav

En fin. Después de veintipico horas de atareado volar y de autoridades inmigratorias españolas poco comprensivas y de políticas de vuelo arbitrarias (le recomiendo a los lectores de esta diáspera que no se le midan a volar por Iberia) llegamos de vuelta a Jerusalén. En el momento no tenemos internet así que este mensaje está siendo escrito, recostado contra una caneca, en la esquina de Ha´Ari con Rehov Aza- uno de los puntos wifi gratuitos de esta Venecia de Dios. Dado que no puedo garantizar mi conexión (a caballo regalado no se le mira el diente) aprovecharé para darles un recuento rápido de nuestras aventuras. El apartamento es una maravilla. Después de seis años de vivir en ratoneras por fin dimos con una apartamento bellísimo, bien cuidado y, por encima de todo, con una vista que desafía toda descripción (por eso pondré más abajo varias fotos). Esta mañana estuvimos en la sinagoga celebrando el comienzo de la fiestas de las Cabañas (Sukkot), tal vez la fiesta más hermosa y más alegre del calendario judío. Muy pronto pondré fotos de la cabaña de nuestras vecinas. El resto de esta semana la dedicaremos a quitarnos el jetlag y a arreglar las necesidades básicas de vivir acá (entre ellas, la más importante, conseguir internet para mostrarles más maravillas de esta ciudad con montañas.). Sin más, las fotos y los mejores deseos de este su hebreo amanuense en estas sagradas tierras.

Camino a Jerusalén

Tova Haaretz Meod Meod "La tierra es muy pero muy buena"

Mi esquina por la mañana: un poeta con un rabino

Vista desde mi mirpeset (balcón) por la mañana. Al fondo Givaat Masuah.


Vista desde mi ventana del Museo de Israel (Homenaje a Adón Pronek)

Misma vista, al atardecer cuando esta ciudad es toda de oro.


Mis vecinos hacia el sur: el monasterio griego ortodoxo de la Cruz (ellos dicen que tienen la verdadera cruz, será ir a ver si es cierto).

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